miércoles, enero 07, 2004

Entra un hombre horroroso y se mira al espejo.
"¿Por qué se mira usted al espejo, si sólo puede verse en él con desagrado?"
Y ese hombre horroroso me contesta: "Señor mío, según los principios inmortales del 89, todos los hombres tienen idénticos derechos; así que tengo derecho a mirarme; el que me agrade o me disguste es algo que sólo atañe a mi conciencia."
En nombre del sentido común, sin duda tenía yo razón; pero desde el punto de vista de la ley, él no estaba equivocado.

Charles Baudelaire