jueves, abril 29, 2004

La Fuente de Sangre

A veces me parece que la sangre se me escapa a raudales
al igual que una fuente de rítmicos sollozos.
La oigo fluir con un largo murmullo,
y yo me palpo en vano para encontrar la herida.

Por toda la ciudad, como por un cercado,
se extiende convirtiendo las baldosas en islas,
apagando la sed de todas las criaturas
y tiñiendo a la naturaleza de rojo por doquier.

A menudo he pedido a vinos traicioneros
que adormezcan un día el terror que me mina;
¡el vino hace más aguda la vista y más fino el oído!

He buscado en el amor un sueño olvidadizo;
¡mas para mí el amor es un lecho de agujas
para dar de beber a estas crueles muchachas!

Charles Baudelaire