En los tiempos en que todavía no se había creado el universo, el océano y la noche negra ocupaban todo el espacio. Sobrelas aguas sólo flotaba un gigante de fulgor insopotable: Vishnu. Y cuando meditaba en sí mismo, vio acercarse a él, desde el fondo del cielo sin límites, un cuerpo deslumbrante de luz, brillante como millones de astros incandescentes. Era el creador Brahma, quien le dijo: "Soy el creador. ¿Quién eres tú?
"Yo soy el creador", dijo Vishnu encolerizado. "he creado y destruido los munods uno después de otro..."
Seguían discutiendo en la noche sin fin, de pronto, surgió del océano un inmenso falo inflamado que se puso a crecer en el infinito como una torre. Sorprendidos, Vishnu y Brahma lo miraban ascender, primero con sorpresa, pronto con ansiedad, y sus miradas no podían adivinar ni estimar sus dimensiones... De común acuerdo, se separaron para medir el gigantesco lingam... pero ninguno de los dos pudo llegar al extremo del lingam porque a medida que lo perseguían, este se desarrollaba más rápido. Por fin, el lingam se abrió y de ese falo gigante salió Shiva, fuerza suprema del universo.
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