Cáncer desabróchame los ojos que quiero verte mejor, y sólo puedo escuchar el sonido de mis propios pasos..... mi cáncer y mis delirios. Los días son profesores, y aún volvemos a antiguos descuidos: de la autodefensa pasiva a la provocación agresiva. A patadas nos mueve el instinto. Pertenezco a la casta de los que silban mientras se torturan, y no es fácil confiar en uno mismo cuando todos confían que sea algo distinto. Acércate con cien sigilos y castígame por mi enfermedad, golosina de mis desvaríos.
Poco o mucho, mientras pueda respirar..... camino.
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