Las leyes de Murphy son un completo tratado de adaptación personal al entorno. Si las estudias profundamente, no te servirá para evitar nada, pero tal vez puedas aceptar mejor las cosas cuando compruebes su matemático cumplimiento. Conócelas, practica y al final, entre dos posibles acontecimientos malos, te prepararás para el peor (o para ambos si eres un experto en la materia). Esta es una pequeña selcción (prometo publicar más) en donde Murphy te enseña como funciona la vida misma.
-Murphy era un optimista.
-La probabilidad de salir con la chica que te gusta es directamente proporcional al sentimiento de repudia que te tiene.
-Si echas a caminar, el autobús llegará precisamente cuando te encuentres a mitad de camino entre las dos paradas.
-Si conservas la calma cuando todos pierden la cabeza es que no te enteras de nada.
-La estupidez de tu acción es directamente proporcional al número de personas que te estén observando en ese momento.
-La persona capaz de sonreír cuando las cosas van mal, ya ha pensado a quien echarle la culpa.
-Si terminas tu relación con una novia fea, la próxima vez que te la encuentres se habrá convertido en la chica más guapa del barrio.
-Cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar.
-La otra cola es más rápida.
-Cuando más tiempo lleves en una cola, más probabilidades hay de que te hayas equivocado de ventanilla.
-Si se cambia de cola, la que acabas de dejar avanzará más rápido.
-Si en el coche te tiras tal pedo que apenas te permite respirar, te parará aquella chica que te vuelve loco.
-Si quieres que algo te salga bien, no se lo digas a nadie.
-Las leyes de Murphy pueden fallar, pero nunca fallan.
-Nadie es tan feo como muestra su foto del DNI. La excepción eres tú.
-Los Problemas ni se crean, ni se destruyen, sólo se transforman y multiplican.
-Sonríe ... mañana será peor.
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